En mayo del 2024, el directorio ejecutivo del FMI aprobó un nuevo programa de Servicio Ampliado (SAF) de 48 meses. El acceso es de, aproximadamente, USD 4.000 millones, y hubo un desembolso inmediato de USD 1.000 millones. Se espera que la primera revisión del SAF se realice antes de fin de año.
“Ecuador es elegible para acceder al Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad del FMI – programa que fue recientemente creado – y las autoridades están evaluando la posibilidad de un nuevo acuerdo”, dijo Julie Kozack, portavoz del organismo.
El SRS es un mecanismo de financiamiento a largo plazo, diseñado para apoyar a países que enfrentan desafíos estructurales, como el cambio climático y la preparación para pandemias. Se creó como una respuesta a la afectación económica que se derivó del COVID-19, en 2020.
En el contexto actual, el país ya puede justificar problemas derivados del cambio climático debido a la aguda sequía del 2024, que ha provocado incendios, una crisis energética y escasez de productos agrícolas.
“Al igual que muchos países, Ecuador está lidiando con estos impactos. Es vulnerable a eventos climáticos extremos como sequías, deslizamientos de tierra, inundaciones, tormentas, El Niño y La Niña. Desafortunadamente, no está solo en enfrentarse a estos choques. Hemos visto que muchos de estos eventos extremos se han materializado en tiempos recientes”, agregó Kozack.
El SRS busca proporcionar recursos financieros asequibles para facilitar reformas políticas que refuercen la resiliencia económica de los países y reduzcan los riesgos asociados a estos problemas críticos. Ecuador ya ha dado pasos para enfrentar el cambio climático, como la focalización de los subsidios a los combustibles y el canje de deuda externa para proteger a las Islas Galápagos. Ahora también se encamina a una nueva transacción para preservar la Amazonía.
El acceso al SRS está disponible para países de ingreso bajo, pequeños y aquellos de ingreso mediano que cumplan ciertos criterios económicos. Las naciones que deseen acceder a este financiamiento deben implementar reformas de políticas de alta calidad y estar respaldados por un programa concurrente del FMI que asegure la viabilidad de las políticas aplicadas, como el suscrito por Ecuador. Estas reformas están orientadas a mitigar riesgos estructurales a largo plazo.
El financiamiento del SRS está condicionado al cumplimiento de medidas de reforma específicas. Cada desembolso está vinculado a la implementación de estas acciones, que pueden consistir en una o varias acciones. Solo cuando se cumplan todas las medidas de reforma, el desembolso asociado será activado.
La duración del financiamiento es de al menos 18 meses, que coinciden con la duración del programa concurrente del FMI; el período de pago es de 20 años, con 10 y medio de gracia. Durante este tiempo, los países no están obligados a devolver el capital. Las tasas de interés son asequibles y varían, según el grupo de países.
Finalmente, el límite de acceso acumulado al SRS es del 150% de la cuota del país en el FMI o USD 1.000 millones de DEG, lo que sea menor. Según analistas económicos, esta cantidad podría significar USD 1.300 millones más para Ecuador. Ese dinero podría destinarse para proyectos energéticos sostenibles, necesarios para que la nación pueda hacer frente al déficit de suministro eléctrico.
El ministro de Economía, Juan Carlos Vega, aseguró que el crédito podría concretarse a mediados de 2025.
Para que Ecuador pueda conseguir el nuevo financiamiento deberá pasar la segunda revisión con el FMI, prevista para marzo de 2025, pero que podría retrasarse debido a las elecciones generales del año entrante, que tendrán lugar en febrero. El organismo multilateral buscará mayores certezas de quién llegará a Carondelet y si estará comprometido a seguir adelante con el programa suscrito por el Gobierno de Noboa, en mayo de 2024.
Autora: Carolina Enríquez Paredes