Ecuador es un país asentado, literalmente, sobre una mina de oro. Sin embargo, desde la época precolombina, hasta el impulso que el Estado decidió darle a la minería a gran escala, la explotación del mineral fue una práctica exclusiva de la pequeña minería y de la actividad informal.
Zaruma y Portovelo son el ejemplo de décadas de producción en ese sentido.
Pocos habrían podido pronosticar los efectos reales de la expedición de la Ley de Minería.
Por un lado, el florecimiento de una gran industria, que ha posicionado a la minería como uno de los sectores económicos más fuertes. Solo en el 2023 se registraron exportaciones por USD 3.324 millones (en cobre y oro, principalmente), recaudaciones tributarias por USD 762 millones y generación de 150.000 empleos directos e indirectos en toda la industria.
Con solo dos minas en explotación (Fruta del Norte y Mirador) y solo el 7% del territorio concesionado, hoy la minería es el cuarto rubro más importante de las exportaciones ecuatorianas, el tercero en exportaciones no petroleras y el primero en no tradicionales.
Y la proyección, según cifras de la Cámara de Minería del Ecuador, es que la inversión proyectada por los 15 proyectos más avanzados alcance los USD 30.313 millones hasta el 2057, generando exportaciones por USD 217.913 millones. Se estima que Ecuador cuenta con reservas aproximadas de 39,3 millones de onzas de oro, 47.774 millones de libras de cobre y 126 millones de onzas de plata.
Fuente: Banco Central del Ecuador
Por otro lado, se ha desatado una fiebre por el oro que, dado el aumento exponencial progresivo de los precios en los mercados internacionales en los últimos años, ha despertado la atención de grupos delincuenciales. Estos han visto en la explotación ilegal una manera de financiar sus actividades.
Como muestra, según la Agencia de Regulación y Control Minero, existen 79 empresas exportadoras de pequeña minería registradas en el país, de las cuales una decena se crearon entre el 2020 y el 2023. Estas exportaron oro por USD 529,7 millones y solo pagaron USD 445.838 en Impuesto a la Renta (IR). En comparación, con las industrias legales que han pagado importantes sumas en IR.
Las arcas nacionales pueden resultar beneficiadas de esta agitación mundial por el oro.
En los últimos días, el precio de este metal ha superado la barrera histórica de los USD 2.700 por onza. Y ese valor podría mejorar. Según un informe de la banca de inversión Goldman Sachs, el valor podría alcanzar nuevos máximos para el 2025, esperando que llegue a los USD 2.900 por onza troy.
Una de las razones de este aumento significativo es la alta demanda por parte de los bancos centrales de mercados emergentes como China que, a través de sus instituciones financieras, han intensificado las compras de oro para protegerse ante la incertidumbre global.
Y es en este punto en el cual el Banco Central del Ecuador (BCE) puede también beneficiarse. El pasado 4 de enero concretó la venta de 241.000 onzas troy de oro por USD 494 millones, una operación que las autoridades señalan como permitidas.
La motivación principal de esta medida, de acuerdo a la entidad estatal, era fortalecer el sistema monetario del Ecuador.
A través de la operación, que se la denominó como una recomposición de activos, el BCE alcanzó al menos tres objetivos: incrementar la liquidez de las reservas internacionales; aumentar su rentabilidad y reducir la volatilidad del precio del oro monetario en las reservas internacionales, entre otros.
Autora: Carolina Enríquez Paredes