Un nuevo programa se suma al historial de Ecuador. El jueves 25 de abril del 2024, el Fondo Monetario Internacional (FMI) oficializó que llegó a un acuerdo a nivel de ‘staff’ o técnico con el Gobierno ecuatoriano. Se trata de un Servicio Ampliado del Fondo (SAF), con una duración de 48 meses, o cuatro años, y financiamiento de USD 4.000 millones.

Ahora se espera que la decisión del Directorio del FMI dé paso al acuerdo en las próximas semanas, con lo cual se concretará el primer desembolso del crédito. Este es el programa de financiamiento número 23 (incluidos créditos rápidos de emergencia) y el tercero en apenas seis años.

Era una noticia esperada por los mercados internacionales, que han reaccionado con optimismo.

Esto se ha reflejado en un aumento del precio de los bonos soberanos de Ecuador y una caída en picada del riesgo país. El indicador pasó de 2.001 puntos básicos a inicios de año a 1.120 al 30 de abril de 2024, una reducción de 881 unidades.

Todo eso porque hay mayores certezas de que el país pueda cumplir con sus pagos de deuda en los próximos años. La firma BancTrust ha señalado que, de mantenerse el acuerdo con el FMI, el riesgo país de Ecuador puede descender hasta los 800 puntos a fines de 2024.

Daniel Noboa inició su acercamiento al Fondo tras la aguda crisis fiscal que heredó del gobierno de Guillermo Laso y que se evidenció en atrasos del sector público a entidades y proveedores del Estado, que llegaron a unos USD 4.500 millones  al cierre de 2023.

Ecuador tocó, formalmente, la puerta del Fondo tras anunciar el incremento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 12 al 15%, con la justificación del combate al crimen organizado, por medio de la Ley para Enfrentar el Conflicto Interno.

Ya con el acuerdo casi listo, el actual Gobierno deberá hacer frente a medidas económicas de ajuste que tendrá que implementar en los próximos meses, lo cual pondrá a prueba a su gestión y popularidad.

La firma financiera Barclays señaló que tras la consulta popular, que dio como resultado el voto a favor de nueve preguntas y rechazo a las dos que tenían que ver con temas económicos, hay el temor sobre la capacidad que le queda al régimen para implementar reformas en esa materia. El acuerdo con el FMI también será una “papa caliente” para los candidatos presidenciales, incluido Noboa, en los comicios de febrero de 2025.

¿Para qué servirá el dinero?

No solo serán USD 4.000 millones. Ecuador puede conseguir unos USD 1.000 millones adicionales del FMI a través del Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad del organismo.

Es decir, Ecuador contará con unos USD 5.000 millones en los próximos cuatro años. El mismo Daniel Noboa ya ha dado algunas pistas del destino de esos recursos.

El presidente de la República ha mencionado un “rollover”, es decir, cancelar al mismo Fondo parte de la deuda contraída de los programas anteriores con el fin de extender los plazos de los pagos, es decir, “patearlos” unos años más. Este es un mecanismo para refinanciar la deuda con este acreedor al que se le deberá pagar más de USD 1.000 millones al año desde 2025.

Los inversionistas se preguntan qué porcentaje de los recursos del nuevo acuerdo servirán para pagarle al mismo FMI. Esos detalles se conocerán cuando se divulgue el reporte del programa y la carta de intención del Gobierno ecuatoriano, tras la aprobación del Directorio.

Parte de los USD 1.000 millones del Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad podrían destinarse para mitigar la crisis energética que vive el país, con la instalación de proyectos de energía renovable debido a que el cambio climático ha sido una de las causas.

El financiamiento de los otros organismos multilaterales podría destinarse a ponerse al día con los atrasos que el Gobierno mantiene con entidades del sector púbico y proveedores del Estado.

Los ajustes

Mientas el Fondo y el Gobierno liberan los detalles del nuevo acuerdo, se puede interpretar que parte de las medidas que deberá implementar  Noboa son asuntos que quedaron pendientes de los anteriores programas.

En la evaluación ex post del Servicio Ampliado del Fondo, que concluyó en diciembre de 2022, el multilateral reprochó al Gobierno ecuatoriano la falta de implementación del aumento del IVA y la eliminación de los subsidios a los combustibles. El FMI señaló que la falta de la implementación de esas medidas «entorpecieron los esfuerzos de consolidación fiscal de las autoridades y permitieron que las vulnerabilidades se prolonguen».

En ese contexto, con el IVA ya incrementado, el Gobierno ya habría ejecutado la mitad del ajuste del acuerdo, según Barclays. Con ese escenario, el primer reto de Daniel Noboa será implementar la focalización de subsidios a los combustibles, que en 2023 representaron USD 3.190 millones. Ya se ha adelantado que el plan será implementar nuevamente una banda de precios para las gasolinas extra y ecopaís y no se descarta revisar el subsidio al diésel más adelante.

El Gobierno también deberá implementar una reforma institucional del sector público, que ya fue decretada en días pasados, para la modificación, creación y eliminación de entidades, bajo la premisa de eficiencia y austeridad.

Además, se deberá concretar la auditoría a Petroecuador, reformas a las compras públicas e insistir en la modernización del mercado laboral. Otro asunto pendiente y que puede ser polémico y tiene que ver con reformas en el sistema de pensiones de la seguridad social, un asunto en extremo espinoso por debatir.

Las elecciones

Los mercados internacionales han interpretado que, al ser un programa de 48 meses o cuatro años, el FMI tiene la confianza de la continuidad del Gobierno o, al menos, que puede llegar al poder un mandatario de centro o centro derecha que garantice la permanencia del programa. Algo parecido ocurrió durante el período de transición entre los gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso.

El acuerdo puede entrar en pausa a inicios de 2025, mientras duran las elecciones, hasta conocer al nuevo Gobierno. Al estar en campaña, Noboa también podría suspender medidas de ajuste consideradas impopulares. Mientras tanto, es probable que el Fondo pare los desembolsos y mantenga reuniones con los candidatos, al menos los más opcionados.

En la evaluación ex post del último acuerdo, el FMI sugirió que pedirá garantías a los presidenciables, incluso por escrito, sobre el cumplimiento de medidas indispensables de llegar al poder.

Autora: Carolina Enríquez Paredes