Un resultado inesperado. El balotaje entre Daniel Noboa, de Acción Democrática Nacional (ADN), y Luisa González, de la Revolución Ciudadana (RC), ha sido considerado una sorpresa en el panorama político ecuatoriano. La segunda vuelta definirá quién gobernará el país durante los próximos cuatro años.
Las encuestas proyectaban una victoria de Noboa en primera vuelta, lo que le habría asegurado la reelección. Sin embargo, los resultados mostraron un empate técnico, lo que generó incertidumbre en los mercados financieros.

Como consecuencia, el riesgo país de Ecuador subió a 1.162 puntos básicos al día siguiente de la elección, tras haber caído a cerca de 900 en días previos, cuando se esperaba que el presidente-candidato tuviera un triunfo holgado sin segunda vuelta.
El principal factor detrás de esta reacción del mercado es la posibilidad de un retorno del correísmo. Los inversionistas recuerdan el incumplimiento de pago de la deuda de 2008, cuando el Gobierno de Rafael Correa declaró en ‘default’ sobre ciertos bonos. . Temen que un escenario similar pueda repetirse.
Por otro lado, Noboa es visto como un candidato “amigable con el mercado” debido a su compromiso de honrar la deuda pública y mantener el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que garantizaría financiamiento para el país.
Dos visiones económicas en disputa
Luisa González
La candidata del correísmo propone fomentar el crecimiento económico con la inversión activa del gobierno a través del gasto público. Y medidas que aseguren la estabilidad macroeconómica.
Su plan incluye volver a recurrir al dinero de las reservas internacionales del Banco Central del Ecuador (BCE), lo cual puede socavar la dolarización. Además plantea una transición hacia una economía post petrolera, impulsando el desarrollo de sectores no extractivos como la manufactura y las industrias basadas en conocimiento y tecnología.
En materia tributaria, busca simplificar regímenes fiscales para micro y pequeñas empresas; evitar cierres en un entorno económico complejo y auditar la deuda pública desde 2017, para negociar de manera responsable. Esa medida en particular causa temores en los inversionistas internacionales porque recuerda a lo que hizo Rafael Correa en 2008: auditar la deuda, declarar tramos como ilegítimos y declarar default. a. Los bonos se depreciaron y Ecuador aprovechó para recomprar esos papeles.
González también prioriza la inversión estatal en sectores sociales clave; el fortalecimiento del agro mediante precios de sustentación y cooperativismo y la mejora de los servicios públicos en salud, educación, justicia y seguridad. Finalmente, propone reformar el sistema tributario con criterios de equidad, combatir la evasión fiscal y ampliar el acceso a créditos a tasas bajas para reducir el endeudamiento de las familias y frenar los préstamos abusivos.
Daniel Noboa
En el caso del actual presidente, su plan apuesta por una transformación productiva basada en la innovación tecnológica y el desarrollo de sectores estratégicos como el turismo, la agroindustria y la economía digital. Para ello, propone fortalecer la colaboración entre la academia y el sector productivo, generando cadenas de valor agregado para mejorar la competitividad del país.
En el ámbito económico, su enfoque está basado en atraer inversión extranjera garantizando estabilidad macroeconómica y regulatoria. También busca fortalecer la infraestructura logística a través de la Estrategia Nacional de Infraestructura y una mayor integración en mercados internacionales. En el sector agropecuario y turístico, plantea modernizar la producción en agricultura, acuacultura y pesca, además de mejorar la seguridad e infraestructura turística para fortalecer la oferta exportable.
En cuanto a las finanzas públicas, su plan incluye simplificar el sistema tributario, combatir la evasión fiscal, transparentar la deuda y optimizar el gasto público mediante el uso de instrumentos financieros temáticos. Noboa también prioriza la estabilidad de la dolarización a través de una gestión eficiente de la liquidez.
Finalmente, su propuesta laboral y social se enfoca en fomentar la formalización del empleo, mejorar la capacitación de los trabajadores, promover la inclusión de grupos vulnerables y ampliar el acceso a servicios financieros, con el objetivo de fortalecer el empleo digno y la economía popular y solidaria.
Autor: Carolina Enríquez Paredes